La inducción consiste en la generación de un campo magnético, que por sí mismo, no genera calor, pero que en contacto con un recipiente metálico, hace que este se caliente, y por tanto que caliente los alimentos.
El recipiente se calienta directamente mediante un campo electromagnético que magnetiza el material ferromagnético del recipiente en un sentido y en otro. Por lo tanto, para poder utilizar una placa de inducción, necesitamos usar recipientes con material ferromagnético al menos en la base.
Este proceso de calentamiento tiene menos pérdidas de energía: el material se agita magnéticamente, la energía absorbida se desprende en forma de calor, calentando el recipiente.
La diferencia con otro tipo de placas es que en las demás se utiliza calor radiante por el uso de resistencias.
¿Qué ventajas tiene?
Eficiencia
Este tipo de calentamiento es más eficiente ya que se calienta directamente el recipiente a utilizar.
Las placas de inducción son capaces de detectar la forma y tamaño del recipiente y se puede elegir la temperatura exacta de cocción.
Ahorro de energía
El sistema de inducción detecta, gracias a un sistema de sensores, si hay o no recipiente adecuado sobre su superficie. Si no hay ningún recipiente, no funciona. Además, se puede controlar de forma eficiente la potencia.
El modelo de inducción calienta dos veces más rápido que una placa vitrocerámica convencional. Sólo se tarda 4 minutos 40 segundos en llevar 2 litros de agua a hervir y sólo consume 225W. Un quemador de gas tarda 8 minutos 20 segundos y consume 390W.
Seguridad
Se evitan posibles quemaduras, ya que no se calienta la hornilla. La hornilla (placa de inducción) alcanza como temperatura máxima la del calor residual producido por el recipiente.
Si colocamos un trapo entre el recipiente y la propia placa, sólo se calentará, por el calor que le transfiera el propio recipiente y su contenido.
Fácil de limpiar
Las placas de inducción facilitan la limpieza gracias a su superficie lisa y porque al no calentarse tanto, los posibles desbordamientos no se requeman o incrustan en el vidrio. Podemos limpiarlas sólo con un paño húmedo.
¿Sabías que somos pioneros en este tipo de tecnología? Brandt la puso en marcha la tecnología de inducción a finales de los años 80 y ya vamos por la octava generación. ¡Descúbrela aquí! las placas de inducción