El tomate es un ingrediente imprescindible en nuestras recetas y nos aporta una gran cantidad de minerales, vitaminas y agua.
¿Sabes a qué se debe su color rojo intenso? A su contenido en licopeno, un gran antioxidante. Aunque no lo creas, la mejor forma de consumir tomate es cocinado, ya que de esta forma nuestro cuerpo lo absorbe mejor.
Además tiene muchas otras propiedades y beneficios para nuestra salud:
RICO EN ANTIOXIDANTES
El licopeno nos ayuda a luchar contra el envejecimiento celular de todo nuestro organismo. Este antioxidante está considerado como uno de los mejores elementos naturales para la lucha contra el cáncer.
BUENO PARA EL CORAZÓN
El licopeno nos ayuda también a proteger y mantener sano nuestro corazón. Este antioxidante puede bloquear los radicales libres que modifican el colesterol malo. Así mejora la circulación de la sangre y contribuye a reducir el riesgo cardiovascular y cerebrovascular.
RICO EN NUTRIENTES
El tomate aporta sobre un 40% de la dosis diaria recomendada de Vitamina C, pero además también nos da Vitamina A, Vitamina K.
También nos aporta minerales como el potasio, fósforo y magnesio. Es considerado un alimento con efecto diurético y que contribuye a la eliminación de toxinas. Está especialmente indicado para personas que sufren hipertensión, retención de líquidos, hiperuricemia y gota.
MEJORA LA VISTA
Gracias a que contiene Vitamina A, el tomate es un gran aliado para mejorar la visión, prevenir la ceguera y evitar la degeneración macular.
MEJORA EL SISTEMA INMUNOLÓGICO
El tomate aumenta la resistencia a infecciones y refuerza el sistema inmunológico con su aporte de Vitamina C, A y E y minerales.
REGULA LA FUNCIÓN INTESTINAL
Por su alto contenido en fibra, el tomate ayuda a combatir el estreñimiento y a reducir el riesgo de enfermedades gastrointestinales, como el cáncer de intestino grueso.
ANTIINFLAMATORIO Y CICATRIZANTE
El tomate también es muy recomendable para curar quemaduras y heridas. Ayuda a cicatrizarlas y a reducir la inflamación.
Para este uso tópico, utilizaremos las hojas y el tallo, los machacamos y mezclamos con un poco de jugo de tomate, aplicándolo directamente sobre la herida a tratar. También podemos utilizar solo el zumo de tomate, empapamos un algodón y aplicamos sobre la herida o quemadura, dejándolo actuar 15 minutos. Después lavaremos bien la zona.
Echa un vistazo a nuestras recetas, encontrarás varias opciones para utilizar este alimento tan saludable. También puedes seguirlas en nuestro canal de YouTube, Brandt cocina.