Te proponemos elaborar tus propias masas. Es muy fácil y relajante.
¿Quién puede resistirse a un esponjoso bizcocho casero? En nuestro día a día a veces es complicado encontrar el momento para preparar repostería en casa, pero puede ser un plan perfecto para el fin de semana.
Repasemos los tipos de masas que podemos utilizar y conozcamos algunos trucos para que nos queden en su punto:
MASAS QUEBRADAS
Este tipo de masa se deshidrata por completo durante su cocción en el horno, por eso se quiebran fácilmente una vez horneadas. Dentro de este tipo está la brisa.
Se adapta muy bien a preparaciones dulces y saladas, normalmente se utiliza para tartas, empanadas y pasteles de frutas.
Necesitarás estos ingredientes: harina, azúcar, sal, mantequilla y agua. Es mejor usar azúcar glass, así evitamos que la masa se rompa. Es importante utilizar la medida justa de grasa (mantequilla) que indique la receta, pues si nos excedemos la masa se desmorona y se estropea.
Consejos:
El secreto es amasar lo menos posible, lo justo para mezclar los ingredientes, y hacerlo muy rápido y en un lugar fresco.
Cuando vayamos a estirarla, es recomendable enharinar ligeramente al mesa y utilizar el rodillo siempre en la misma dirección.
Una vez que la coloquemos en la base del molde, debemos pinchar el fondo con un tenedor o un palillo, cubrirla con papel de hornear y colocar legumbres o arroz encima, para evitar que se abombe.
Es necesario que calentemos previamente el horno, antes de meterla.
MASAS FERMENTADAS
Este tipo de masas son las que necesitan hacerse con levadura biológica (también llamada fresca o de panadería), sus propiedades como organismo vivo consiguen, al contacto con el líquido y la harina, la elevación de la masa.
Utilizamos este tipo de masa para preparar panes, brioches, berlinas…
También se puede utilizar levadura en polvo o prensada. Si utilizamos levadura en polvo, la masa no necesitará reposo, podremos meterla directamente en el horno. La levadura prensada, por el contrario, una vez mezclada con el resto de ingredientes, necesita un período de fermentación, variable según la receta, en un lugar seco y sin corriente de aire.
Consejos:
Tanto si utilizamos levadura en polvo como prensada, es muy importante tener en cuenta la temperatura de los ingredientes. Debemos evitar incorporar elementos fríos, como por ejemplo mantequilla o huevos recién sacados de la nevera.
La harina debe estar bien aireada, lo ideal es pasarla por un cedazo. En cuanto al horno, debe estar caliente antes de meterla.
MASAS BATIDAS
Son las más comunes. Dependiendo de la textura de la masa, tendremos una u otra preparación: si es cremosa y aireada tendremos masa de bizcocho (para hacer bizcochos, magdalenas, cupcakes, muffins, etc), mientras que si es de textura líquida obtendremos crêpes o tortitas…
Su característica principal es que son masas esponjosas debido a la introducción de aire durante su preparación. Una vez en el horno, por acción del calor, se expande y aumenta de volumen.
Dentro de las cremosas, hay dos tipos: las que no usan levadura, que utilizaremos para hacer un brazo de gitano o una tarta rellena, y las que sí llevan levadura y que crecen brazos de gitano o tartas rellenas.
Consejos:
En lo que se refiere a los ingredientes, para conseguir un resultado óptimo, los huevos deben ser frescos y no estar demasiado fríos; es mejor utilizar azúcar con buena granulación, ya que aporta un mejor sabor y color a la masa; lo ideal es una harina blanca.
Cuando se utilizan claras de huevo a punto de nieve en la elaboración de la masa, hay que tener mucho cuidado y mezclar los ingredientes con suavidad, de abajo a arriba, para evitar que se chafen las claras.
En los bizcochos que utilizamos para brazos de gitano y tartas, se meten en el horno en una capa delgada. Para evitar que se rompa, para evitar que se rompa, hay que enrollarlo mientras aún está caliente, lo envolveremos sobre sí mismo con un paño de cocina. Una vez frío, se desenrolla.
MASAS HOJALDRADAS
Son aquellas masas que no necesitan de levadura en su preparación para poder elevarse en el horno, ya que se componen básicamente de capas de masa y capas de materia grasa (mantequilla, margarina o manteca).
Con esta masa podemos hacer milhojas, palmeras, masa de empanadas, tarta de manzana…
Solo se necesitan 3 ingredientes: harina, agua a temperatura ambiente y mantequilla.
Consejos:
Es fundamental que trabajemos en un ambiente fresco en la cocina para que no se nos seque. Hay que utilizarla en el momento, si no, hay que taparla con film transparente para que no se seque.
La temperatura del horno debe ser alta (entre 200º y 220º C) para que la mantequilla se lleve a ebullición y sus burbujas hagan elevarse las capas de masa. La masa debe estar fría, así, en contacto con el horno caliente, la masa subirá y la mantequilla se derretirá sin problemas, quedando una masa suave y esponjosa
Con todas estos consejos ya no hay excusas para intentarlo en casa. Si prefieres contar con ayuda, nuestro robot de cocina es el compañero ideal.
Y para que tu bizcocho o tarta quede perfecto, descubre todos los hornos, con una temperatura 100% homogénea, para conseguir que la cocción sea 100% uniforme.