En algún momento, todos los que vivimos de alquiler nos hemos enfrentado a esa incómoda situación: la lavadora deja de funcionar, el horno se apaga sin previo aviso o el frigorífico comienza a hacer un ruido extraño. Entonces surge la gran duda: ¿quién debe pagar la reparación? ¿El inquilino o el propietario?
Este artículo de Brandt no solo resuelve esa duda desde el punto de vista legal, sino que también te ofrece una perspectiva realista y útil, especialmente si formas parte del mundo de los electrodomésticos, como es nuestro caso, fabricantes de tecnología de cocción, frío y lavado con el prestigio que respalda décadas de innovación francesa.
El marco legal: ¿Qué dicen la LAU y el Código Civil?
La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) y el Código Civil español son las referencias legales clave en estos casos. Según estos textos, el arrendador está obligado a realizar todas las reparaciones necesarias para conservar la vivienda en condiciones de habitabilidad, excepto cuando el deterioro sea imputable al inquilino.
El artículo 21 de la LAU establece que el propietario debe hacerse cargo de las reparaciones estructurales o derivadas del uso habitual, como averías de los electrodomésticos siempre que estos no se hayan dañado por mal uso.
Por su parte, el inquilino solo deberá afrontar las llamadas “pequeñas reparaciones”, que suelen ser consecuencia del uso diario y no de fallos estructurales.
¿Qué debe asumir el arrendador?
El arrendador tiene la responsabilidad de mantener la vivienda —y todos sus componentes, incluidos los electrodomésticos— en perfecto estado de uso y habitabilidad. Eso implica que si una lavadora incluida en el contrato deja de funcionar correctamente por desgaste o fallo técnico, será el propietario quien deberá costear la reparación o sustitución.
Esto cobra aún más importancia en el caso de electrodomésticos modernos y de alta gama, como los de Brandt, cuyo diseño y durabilidad garantizan años de funcionamiento, siempre que se usen correctamente y se mantengan conforme a las indicaciones del fabricante.
¿Y qué le toca al inquilino?
El inquilino tiene que hacerse cargo de aquellas pequeñas reparaciones fruto del uso habitual. Esto puede incluir el cambio de una bombilla, la limpieza de filtros del lavavajillas o el ajuste de una puerta del frigorífico que se ha descolgado ligeramente.
Además, si el desperfecto se debe al mal uso del electrodoméstico, el coste recaerá sobre el inquilino. Por ejemplo, usar productos inadecuados en una vitrocerámica de inducción o cargar mal el tambor de la lavadora.
Avería por desgaste o por mal uso: el factor decisivo
Aquí entra uno de los temas más importantes del artículo: determinar si la avería es producto del uso habitual o del uso indebido. Este matiz legal puede ser clave para decidir quién paga.
Ejemplo práctico: Si el horno falla tras diez años de uso, es razonable asumir que la causa es el desgaste natural, y en este caso, el propietario debe hacerse cargo. Pero si se demuestra que el fallo se debió a que se utilizó papel de aluminio de manera inadecuada, provocando un cortocircuito, el responsable sería el inquilino.
La importancia de un contrato claro
Una recomendación clave tanto para propietarios como para inquilinos: dejar especificadas las responsabilidades en el contrato de arrendamiento. Aunque la ley ya ofrece un marco claro, cada vivienda puede tener situaciones particulares.
Por ejemplo, algunos contratos incluyen cláusulas que obligan al inquilino a avisar por escrito en caso de cualquier desperfecto. Otros pueden especificar qué marcas de electrodomésticos se utilizan y qué tipo de mantenimiento se requiere.
En este sentido, trabajar con electrodomésticos como los de Brandt, que ofrecen manuales claros, garantías extendidas y asistencia técnica oficial, facilita enormemente este tipo de acuerdos.
Consejos prácticos para evitar conflictos
- Mantén los electrodomésticos limpios y en buen estado.
- Guarda facturas y registros de reparaciones anteriores.
- Solicita una revisión técnica anual si el contrato lo permite.
- Ante cualquier fallo, informa de inmediato y por escrito.
- Fotografía los electrodomésticos al entrar a la vivienda.
Estos pequeños detalles pueden evitar grandes problemas y discusiones innecesarias.
Brandt: garantía de calidad y confianza
Cuando se trata de electrodomésticos de cocción, frío o lavado, no todas las marcas responden igual. Los productos de Brandt están diseñados para ofrecer el mejor rendimiento incluso tras años de uso intensivo. Por eso, muchos propietarios prefieren instalar electrodomésticos de esta marca en sus viviendas de alquiler.
Además, Brandt ofrece un servicio técnico completo, que permite agilizar las reparaciones, facilitar el acceso a repuestos originales y prolongar la vida útil de cada equipo. Esta fiabilidad disminuye los conflictos y mejora la experiencia tanto para inquilinos como para propietarios.
Preguntas frecuentes sobre el pago en la reparación de un electrodoméstico en un piso de alquiler
¿Quién paga si un electrodoméstico se estropea por antigüedad?
El propietario, siempre que no haya habido mal uso y el fallo sea por desgaste normal.
¿Puedo negarme a pagar una reparación si no fue culpa mía?
Sí, pero lo recomendable es documentar bien el caso y comunicarlo de inmediato al propietario.
¿Y si el electrodoméstico no está incluido en el inventario del contrato?
Lo ideal es que todos los elementos estén inventariados. Si no es así, puede haber lugar a interpretaciones legales, aunque la ley favorece la responsabilidad del propietario.
¿Qué pasa si el propietario no quiere reparar un electrodoméstico esencial?
Puedes exigirlo legalmente, e incluso retener parte del alquiler si el bien es imprescindible (frigorífico, cocina, etc.).
¿Debo contratar un seguro adicional como inquilino?
No es obligatorio, pero sí recomendable. Hay seguros de hogar para inquilinos que cubren pequeñas averías o desperfectos.