La cocina doméstica ha cambiado tanto en un siglo que hoy elegir placa es decidir cómo quieres cocinar: por resistencia (eléctrica/vitro), por llama (gas) o por inducción (calor directo al recipiente). En esta guía te cuento, de forma clara, cómo pasamos de la cocina eléctrica a la inducción, qué ganas al dar el salto, y cómo elegir la placa Brandt que mejor encaja en tu casa.
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ToggleUn siglo de cambio en la cocina: de las resistencias a la inducción
Aquí empieza de verdad la revolución silenciosa de nuestras cocinas. En poco más de un siglo hemos pasado de calentar una resistencia para que, por inercia, transfiera calor al alimento, a activar la energía justo donde interesa: en la olla. Este viaje no es solo una cronología de inventos; explica por qué hoy cocinamos más rápido, con más control y con menos consumo.
En esta sección recorremos, paso a paso, la evolución de las cocinas eléctricas clásicas a la vitrocerámica —el gran salto en limpieza y estética— y, por último, a la inducción, que cambia las reglas al calentar el propio recipiente. Te cuento qué ganamos y qué perdemos en cada etapa, qué implicaciones tiene en tu día a día (tiempos, seguridad, mantenimiento) y por qué esta evolución marca la diferencia cuando eliges tu próxima placa de cocina. Luego, entraremos al detalle en cada hito.
De las primeras cocinas eléctricas al boom de la vitrocerámica
Las primeras cocinas eléctricas domésticas funcionaban con resistencias: un hilo conductor que, al paso de la corriente, se calienta (efecto Joule). Durante décadas, eso significó calor estable y menos humo, pero también inercia térmica: tardan en calentarse y en enfriarse.
El gran salto estético y de limpieza fue la vitrocerámica, que mantiene el mismo principio (resistencias que calientan un cristal) y aporta una superficie lisa fácil de limpiar. Aun así, la energía se queda “en el vidrio” y parte se pierde en el ambiente; por eso la respuesta es buena, pero no tan rápida ni eficiente como la inducción.
Qué cambió con la inducción (rapidez, control y seguridad)
La inducción usa campos magnéticos para calentar el propio recipiente. ¿Resultado?
- Rapidez: hervir agua en minutos; la potencia está “dentro” de la olla.
- Control fino: subes o bajas potencia y la respuesta es inmediata.
- Eficiencia: menos pérdidas (no calientas el vidrio, calientas la olla).
- Seguridad: el vidrio no alcanza temperaturas tan altas y muchas placas cortan si no detectan recipiente adecuado.
- Comodidad: limpieza fácil; si se derrama algo, no “se quema” en el cristal como en vitro.
Inducción vs. vitrocerámica vs. gas: ¿qué gano al cambiar?
Elegir placa no va solo de “qué calienta más”, sino de cómo te gusta cocinar y de cuánto valoras el tiempo, el consumo y la limpieza. En esta sección bajamos a tierra la comparación entre inducción, vitrocerámica y gas para que tengas claro qué ganas al cambiar y qué concesiones haces en cada caso.
Primero veremos la respuesta al calor (rapidez y control), después el consumo y, por último, la comodidad de limpieza. La idea es sencilla: que puedas decidir con datos prácticos y no con mitos. Si vienes de vitro y estás pensando en dar el salto a inducción, te dejo también un truco de ajuste de potencias y tiempos para que el cambio sea cuestión de dos cocinados, no de dos semanas. Luego rematamos con la clave del menaje: la famosa prueba del imán.
Rapidez, consumo y limpieza: comparativa práctica
- Inducción: máxima rapidez y eficiencia. Ideal para cocinar a diario, dominar cocciones delicadas y ahorrar tiempo. Muy fácil de limpiar (paño y listo).
- Vitrocerámica: buena estética, limpieza sencilla, respuestas más lentas y mayor inercia.
- Gas: gran control visual de la llama y muy valorado por amantes del wok o parrilla; limpieza menos cómoda y calor difuso alrededor del recipiente.
Consejo: si vienes de vitro y pasas a inducción, ajusta tiempos y potencias: lo que antes era “7 de 10”, en inducción puede equivaler a “5–6”, y el booster acelera aún más.
Compatibilidad del menaje (la prueba del imán)
Para inducción, el fondo del recipiente debe ser ferromagnético. Haz la prueba: si un imán se pega a la base, sirve. Si no, es probable que no lo detecte o caliente mal. Hoy casi todas las marcas tienen líneas “aptas para inducción”.

La visión de Brandt: innovación que se cocina desde 1902
Breve historia de la marca y del Groupe Brandt
Brandt es una marca con más de un siglo de historia que ha estado ligada a la innovación en el hogar y a la fabricación de electrodomésticos fiables y duraderos. Dentro del Groupe Brandt, su ADN combina diseño práctico, tecnología útil y servicio de postventa para acompañarte durante toda la vida del producto.
Si quieres conocer la trayectoria y los hitos más relevantes, visita su página de Historia de la marca y el perfil corporativo en Groupe Brandt.
Gama de placas Brandt: una para cada cocina
Brandt ofrece las tres tecnologías para que elijas sin atarte a modas, sino a tus hábitos de cocina:
- Placas de inducción Brandt: rapidez, precisión y seguridad como estándar.
- Placas de vitrocerámica Brandt: estética, facilidad de limpieza y precio contenido.
- Placas de gas Brandt: potencia directa y control visual de la llama.
Explora también la categoría general: Placas de cocina Brandt.
Cómo dar el salto a inducción sin errores
Dar el salto a inducción no debería ser una aventura… siempre que prepares bien el terreno. Aquí no hablamos de teoría, sino de evitar errores frecuentes: huecos que no encajan, diferenciales que saltan, menaje que no calienta o instalaciones que se quedan cortas. En esta sección te dejo un checklist rápido para validar encastre, potencia e instalación, y una guía de funciones clave para elegir con cabeza (booster, zonas flex, controles deslizantes, seguridad).
La idea es simple: primero comprueba que tu cocina está lista (medidas, electricidad y menaje); después, elige la placa que mejor se adapta a tu forma de cocinar. Si haces guisos largos o usas paellera, te interesarán las zonas grandes o flex; si priorizas velocidad, el booster será tu mejor aliado. Con estos pasos, el cambio a inducción será limpio, seguro y sin sorpresas desde el primer día.
Potencia contratada, instalación y encastre (checklist)
Antes de cambiar, revisa esta lista rápida:
- Hueco de encastre: mide ancho y fondo del mueble (60/70/80/90 cm habituales).
- Potencia contratada: la inducción aprovecha bien la potencia; en muchas viviendas basta con monofásica estándar.
- Línea eléctrica y protección: verifica que el circuito y magnetotérmico/ID cumplen lo recomendado por el fabricante.
- Menaje: asegúrate de que tus ollas/ sartenes son aptas para inducción (prueba del imán).
- Ventilación: deja espacio según manual (la inducción ventila para disipar calor de la electrónica).
- SAT/puesta en marcha: si tienes dudas, contacta con el servicio técnico para calibración y uso inicial.
Tip: Si haces muchos guisos a fuego bajo, valora modelos con zonas extragrandes o flex para usar piezas grandes/ovaladas (paelleras, planchas).
Funciones que sí marcan la diferencia: booster, zonas flex y control táctil
- Booster: entrega potencia extra durante minutos para hervir o sellar.
- Zonas flex/bridge: combinas dos zonas para recipientes grandes o formas irregulares.
- Controles deslizantes: subir/bajar en un gesto, sin pulsaciones repetidas.
- Seguridad: bloqueo infantil, detección de recipiente, apagado automático y calor residual indicado.
- Temporizador por zona: apaga cada fuego de forma independiente (adiós despistes).
Preguntas clave antes del cambio
¿Hace ruido? ¿Calienta el vidrio? ¿Y los marcapasos? (mitos y realidades)
- Ruido: algunas situaciones (booster, olla muy fina) pueden generar zumbido o un soplido del ventilador. Es normal y ocasional.
- Calor del vidrio: en inducción, el vidrio se calienta por transferencia desde la olla; no se pone al rojo como la vitro.
- Marcapasos: los fabricantes recomiendan distancia prudente y seguir las indicaciones del médico y del manual. Si convives con dispositivos médicos, consulta siempre al SAT y al especialista.
Mantenimiento y limpieza día a día
- Paño húmedo + unas gotas de jabón neutro.
- Para restos secos, rasqueta específica de vitro/inducción.
- Evita productos abrasivos o estropajos metálicos.
- Limpia en frío y seca para que no queden velos.
Próximo paso: elige tu placa Brandt
Guía rápida para elegir tamaño y zonas (60/70/80/90 cm)
- 60 cm: cocinas compactas; 3–4 zonas.
- 70–80 cm: más espacio entre recipientes; ideal para familias.
- 90 cm: cocción en grande, flex generosas y recipientes XXL.
Piensa en tu estilo: ¿mucho salteado rápido? ¿guisos largos? ¿plancha? Ajusta número de zonas y potencias a tu realidad.
Pasar de cocina eléctrica/vitro a inducción es, para la mayoría de hogares, un salto en rapidez, control y seguridad. Si además buscas fiabilidad y una gama equilibrada en prestaciones, Brandt te lo pone fácil con opciones en inducción, vitro y gas, para que decidas por cómo cocinas y no por modas. Da el primer paso comparando tamaños, funciones clave (booster, zonas flex) y asegúrate de que tu instalación y menaje están listos. Cuando lo estén, notarás el cambio desde el primer hervor.
Preguntas frecuentes sobre evolución de cocina eléctrica a inducción (FAQs)
¿Puedo aprovechar las ollas que ya tengo?
Sí, si el imán se pega al fondo. Si no, busca bases ferromagnéticas o un adaptador puntual (aunque reduce eficiencia).
¿Necesitaré subir la potencia contratada?
No siempre. Depende del uso simultáneo y de la potencia de la placa. Muchas viviendas funcionan bien con la potencia actual; consulta ficha técnica y, ante dudas, el SAT.
¿La inducción es más cara que la vitro?
La inversión suele ser mayor, pero compensa en tiempo, control y eficiencia. Además, la oferta es amplia: puedes encontrar inducción Brandt con una excelente relación calidad-precio.
¿Por qué algunos modelos incluyen “flex” o “bridge”?
Permiten unir zonas y usar recipientes grandes o formas especiales (plancha, paellera) con distribución homogénea del calor.